El bastón es un dispositivo de apoyo realizado en diferentes materiales y formas, que tiene por objeto mejorar las condiciones del usuario para caminar. Se trata de uno de los productos de apoyo más antiguos que existen y que con mínimas variaciones sigue existiendo y siendo esencial en la actualidad.
El uso del bastón en una persona mayor con desgaste de rodilla o cadera proporciona mayor estabilidad al caminar, ayudando a prevenir caídas y mejorar la seguridad. Además, reduce la carga sobre la articulación afectada, lo que alivia el dolor y el esfuerzo físico en cada paso. Facilita la movilidad, permitiendo a la persona mantenerse activa e independiente por más tiempo. También promueve una mejor postura y equilibrio, disminuyendo el riesgo de complicaciones derivadas del desgaste articular.
El bastón basa su utilidad en 3 aspectos:
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Ayuda a mantener el equilibrio por 2 vías:
– Aumento del polígono de sustentación.
El equilibrio puede considerarse como la capacidad de mantener la vertical del centro de gravedad del organismo dentro del polígono de sustentación (área que forman los extremos de los apoyos, habitualmente ambos pies en situaciones estáticas y un pie en situaciones dinámicas) del mismo. Habitualmente el centro de gravedad del cuerpo humano se encuentra ligeramente por delante de la columna vertebral, a la altura de la unión lumbo-sacra, por lo que si la vertical del centro de gravedad se proyecta en el Polígono de sustentación, estamos en una situación de equilibrio. El bastón supone un punto de apoyo añadido a los pies, con lo que el área total de sustentación aumenta significativamente tal y como se aprecia en la parte inferior de la imagen adjunta y ello trae consigo mayor facilidad para que la vertical del centro de gravedad entre en el polígono de sustentación lo que es sinónimo de estabilidad y mantenimiento del equilibrio.– Mejora de la Propiocepción. La propiocepción es la capacidad que tenemos de conocer con exactitud la posición de los diferentes segmentos corporales, así como su movimiento, velocidad y aceleración, de forma que es la base de algunas reacciones y respuestas automáticas, con el objeto de proteger articulaciones y músculos, mantener el equilibrio,…
La propiocepción se basa en la integración nerviosa de la información proveniente de múltiples receptores situados a nivel muscular, articular, tendinoso,… dándonos con ello un control exhaustivo de la posición de los diferentes segmentos corporales y articulaciones, posibilitando entre otras, las respuestas automáticas de mantenimiento del equilibrio.
Con la edad esta masiva información que de forma continuada está llegando al sistema nervioso se va deteriorando , con lo que la información no es tan precisa y ello afecta indefectiblemente a la respuesta, que se ve afectada.
Una de las afecciones a las que se enfrentan las personas mayores es a la disminución del equilibrio y las respuestas automáticas, lo que se traduce en un mayor riesgo de caídas y con ello de lesiones traumáticas agudas.
En el ámbito de la propiocepción el uso del bastón permite mejorar la información posicional que llega al sistema nervioso ya que estamos aumentando los estímulos aferentes, con lo que el esquema corporal mental es más real y hay más posibilidades de respuesta, así como de su efectividad. En definitiva se produce una mejora del equilibrio, disminuyendo con ello las posibilidades de caída y de lesiones traumáticas asociadas. -
Soporte y Transferencia del Peso
El Bastón supone un apoyo añadido, con lo que soporta una parte del peso, que es diferente en función de la técnica individual.
Este peso que es capaz de ser soportado por el bastón, supone en la práctica la descarga de otros segmentos corporales, principalmente de la pierna que apoya de forma simultánea al bastón.
En un reciente estudio realizado en Australia y donde utilizaban un bastón sensorizado y un análisis de la marcha, comprobaron que el uso del bastón logró una reducción promedio del 10 por ciento en el peso soportado por la rodilla y algunos de los participantes en el estudio tuvieron una reducción de más del 20 por ciento al usar bastón.
Ello supone que el uso del bastón por personas que presentan una artrosis de rodilla (lo cual sería ampliable también a la artrosis de cadera), presentan una disminución significativa del dolor favoreciendo con ello la autonomía. Incluso algunos investigadores consideran que esta descarga de la articulación por el uso del bastón, podría traer consigo una estabilización de la artrosis o al menos un freno en su progresión.
- Favorecen la Propulsión
Si bien andando en terreno llano no precisamos del bastón para favorecer la propulsión, cuando hay una ligera pendiente y mucho más a la hora de sortear una acera o una escalera, el bastón puede suponer una importante ayuda a la propulsión.
La fuerza que realizamos sobre el bastón a través del tren superior (los brazos), supone una descarga de la fuerza que debemos realizar con las piernas, lo que se traduce en una mejora y en mayores posibilidades de sortear un tramo de escaleras con menor cansancio.
