La Hipertensión Arterial supone la elevación de los niveles de presión arterial de forma mantenida y ello supone un importante factor de riesgo para la salud cardio-vascular, ya que la hipertensión afecta originalmente a:
- El corazón, que tiene que estar contrayéndose de forma más intensa para hacer frente al aumento de las resistencias periféricas que interviene en la hipertensión; este aumento de fuerza de contracción
es lo que da lugar a un aumento de su masa, aumentando el riesgo de insuficiencia coronaria y angina de pecho. - Los vasos sanguíneos están formados por diferentes capas de tejido y el estar soportando una presión sanguínea elevada de forma mantenida, provoca cambios en su funcionalidad, disminuyendo su elasticidad y aumentando su resistencia; estos cambios propician la arteriosclerosis y los fenómenos de trombosis.
Estos cambios que se producen a nivel de los vasos sanguíneos tienen repercusiones particulares en diferentes tejidos y órganos con lo que la hipertensión arterial puede afectar de forma específica al cerebro, los riñones, así como a otros órganos.
El Diagnóstico y Control de la Hipertensión arterial se basa en la medición de la presión mediante esfingomanómetro o tensiómetros. Hoy en día el control de la tensión arterial mediante tensiómetros automatizados es muy efectivo dado que han mejorado significativamente su precisión y fiabilidad y por otra parte presenta unas ventajas en relación a la toma de la presión arterial de forma manual:
- Dado que el usuario no tiene que desplazarse a ningún centro médico, la repetición de la medida es más sencilla con lo que hay un mayor control y seguimiento de la medición.
- El proceso de medición puede ser más preciso ya que se puede garantizar el reposo y relajación que no están garantizados cuando se visita al médico.
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