Las rodilleras u ortesis de rodilla son elementos que pueden tener múltiples objetivos (como puede ser la estabilización, la limitación de movimiento, el centrado de rótula, la compresión,…) y ligados a dichos objetivos encontramos rodilleras de diferente conformación, materiales,…
Habitualmente las rodilleras están compuestas por un elemento textil que incorpora un porcentaje de elastano que le da elasticidad y que contacta con la piel, adaptándose gracias a su elasticidad a las formas anatómicas y al movimiento de la articulación; además, el tejido elástico confiere a la rodillera un cierto grado de compresión, lo que unido a la estimulación de los diferentes receptores cutáneos trae consigo una mejora significativa de la propiocepción (cualidad basada en el conocimiento de la posición y movimiento por parte del cerebro, basada en la información aportada por los distintos receptores, lo que favorece el control articular y del movimiento) y con ello del control de la propia articulación. La composición textil del tejido base de la rodillera es muy importante, ya que en función del tipo de tejido y de su arquitectura va a ser más o menos alergénico, va a permitir una mayor o menor transpiración, va a mantener a lo largo del tiempo mejor o peor sus cualidades,… características que en definitiva van a aportar a la rodillera una mayor o menor calidad y que pueden tener influencia en el precio final del fabricante.
Además del tejido elástico que puede tener distintas composiciones, las rodilleras presentan refuerzos concretos en forma, localización y material (puede ser un refuerzo textil, plástico, metálico,…) que están en consonancia con el objetivo que persigue la rodillera y que habitualmente aportan estabilización y/o limitación del grado de movimiento en uno o varios ejes.
Es por ello que podemos encontrar en el mercado una gran variedad de rodilleras u ortesis de rodilla, pero para que pueda cumplir su función y aporten seguridad de uso y comodidad, es imprescindible hacer hincapié en 2 aspectos:
- Adecuada elección del tamaño o talla de la rodillera. A nadie se le escapa que una rodillera pequeña va a realizar una compresión excesiva, lo que puede traer consigo problemas circulatorios (un aumento del éxtasis venoso a nivel distal a la rodillera, es decir, por debajo de la rodilla) y un dolor sordo que va a ir agravándose en tanto se mantenga puesta la rodillera. Por el contrario, una rodillera demasiado grande no se ajusta adecuadamente al contorno anatómico, con lo que su función compresiva y estabilizadora pueden estar comprometidas.
Por tanto, es imprescindible elegir la talla adecuada y en Ortopedia Plantia los profesionales le aconsejarán para conseguir su talla ideal. - Calidad del tejido base. Como hemos comentado con anterioridad, una de las funciones esenciales de la rodillera es la compresión sobre la piel y para obtener ‘partido’ de esta función es preciso el mantenimiento de la rodillera durante un tiempo más o menos prolongado. Por ello es imprescindible que la rodillera esté fabricada con un tejido de calidad, que permita la transpiración, ya que de lo contrario la piel va a sudar más y la falta de transpiración del material va a favorecer la maceración de la piel con las consecuencias negativas sobre la salud de la piel y sobre la comodidad de uso de la rodillera. Por tanto, en una rodillera no sólo es importante la forma, los elementos estabilizadores,… sino que es esencial que el tejido base sea de calidad.
Si necesitas información añadida, recomendación del modelo de rodillera más adecuado, así como la elección correcta de la talla, en Ortopedia Plantia estamos para ayudarte.
