Qué características debe tener un concentrador de oxígeno para ser considerado de uso médico?


Los concentradores de oxígeno medicinal se utilizan para proporcionar oxígeno a pacientes con enfermedades respiratorias, como la insuficiencia respiratoria crónica, la fibrosis quística o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). El oxígeno medicinal ayuda a mejorar la función respiratoria y la calidad de vida de estos pacientes.


Un concentrador de oxígeno destinado a usarse como oxígeno medicinal debe cumplir con ciertas especificaciones y características para garantizar su seguridad y eficacia. Aquí están algunas de las características más importantes:


Pureza o Concentración del Oxígeno:

Los concentradores de oxígeno médicos ó de uso médico o que generan aire hiperóxico o enriquecido en oxígeno, deben ser capaces de proporcionar oxígeno con una pureza del 90% al 95% en promedio. La consistencia en la pureza del oxígeno es crucial para el tratamiento médico. Esta es una de las características principales para poder considerar a un concentrador de oxígeno como de uso médico; para ello el concentrador de oxígeno debe proporcionar aire con una concentración de oxigeno de al menos el 90%, con una tolerancia de ± 3%.

Por tanto aquellos concentradores de oxígeno que aportan aire con una concentración de oxígeno del 30% – 40% no pueden considerarse de uso médico.

Concentradores de O2 de Uso Médico = Aire con una concentración de O2 del 90% ± 3%.


Capacidad de Flujo:

La mayor parte de los concentradores de oxígeno, sobre todo los domiciliarios, emiten un flujo continuo de oxígeno y se considera que un concentrador de oxígeno debe llegar a emitir un flujo de al menos 1 litro/minuto. Hay concentradores de oxígeno más potentes que son capaces de tener un flujo máximo más elevado y los hay de 3 l/min, de 5 l/min y de 10 l/min. La elección de un concentrador de mayor o menor flujo está relacionado con las necesidades de aporte de oxígeno del propio paciente.

En los últimos años han comenzado a comercializarse concentradores de oxígeno pulsátiles, es decir no están emitiendo oxígeno de forma continua, sino que lo hacen en forma de bolo cuando el paciente o usuario del concentrador de oxígeno realiza una inspiración. Al inspirar se produce una presión negativa que es captada por el concentrador de oxígeno y en ese momento libera el bolo de oxígeno. En estos concentradores de oxígeno el oxígeno también se forma de manera continua, pero cuando el paciente no está inspirando ese oxígeno que se forma y no se emite, se almacena en un depósito con lo que en la siguiente inspiración desde ese depósito se emite el oxígeno acumulado.


Regulación del Flujo:

Los concentradores de oxígeno tienen la posibilidad de regular su flujo de oxígeno y adaptarse de esta forma a los requerimientos concretos y puntuales de oxígeno por parte del usuario. Por ello un concentrador de oxígeno de 5 litros/minuto puede estar funcionando también con menores flujos y para ello los concentradores de oxígeno tienen un regulador de flujo.


Anteriormente todos los reguladores de flujo eran mecánicos y consistían en una rueda con la que se controlaba una válvula que permitía un mayor o menor paso de aire hiperóxico, y en función de cuánto se elevaba una bolita metálica conseguimos objetivar el flujo concreto. Tal y como vemos en la imagen de la izquierda correspondiente a un concentrador de O2 de 10 litros/minuto, con la rueda superior abrimos o cerramos la válvula de paso del aire y en la escala hay una bola metálica que nos indica el flujo concreto, que en este caso estaría aproximadamente en 3,5 l/min. Como se puede apreciar en la imagen, la regulación fina del flujo no es sencilla con este tipo de reguladores, pudiendo pasar de medio en medio litro aproximadamente.


Actualmente hay concentradores de oxígeno en los que la regulación del flujo es electrónica con lo que la regulación es más fina y precisa. Estos concentradores ya no tienen el regulador mecánico típico de la mayor parte de los concentradores, sino que tienen una rueda de regulación y en pantalla nos muestra el flujo concreto. Este tipo de regulador es el que incorpora el concentrador de oxígeno BC Ortho VE3 y cuyo detalle vemos en la imagen adjunta. La rueda inferior es la que giramos para regular el flujo que se nos presenta en la parte superior de la pantalla y permitiendo una regulación precisa de 0,1 en 0,1 l/min.


Alarmas y Seguridad:

Deben estar equipados con alarmas para indicar problemas como baja pureza de oxígeno, cortes de energía, obstrucción de flujo, o mal funcionamiento interno. El concentrador debe cumplir con las normas de seguridad internacionales, para evitar riesgos de incendio, explosión o descarga eléctrica.


Filtración y Humidificación:

Deben incluir sistemas de filtración para eliminar impurezas del aire. Además, es ideal que tengan un sistema de humidificación para evitar la sequedad en las vías respiratorias del paciente.


Certificaciones de Salud:

Es esencial que los concentradores de oxígeno estén certificados por las autoridades sanitarias pertinentes, como la FDA en Estados Unidos o la CE en Europa, asegurando que cumplen con los estándares médicos.


Portabilidad y Diseño:

Para uso domiciliario, es preferible que sean portátiles y fáciles de manejar. Algunos modelos están diseñados para ser transportados con facilidad.


Durabilidad y Mantenimiento:

Deben ser robustos y fáciles de mantener y limpiar, para garantizar su correcto funcionamiento y seguridad, con una vida útil larga y la capacidad de operar continuamente sin sobrecalentarse.


Ruido:

Idealmente, deben funcionar con un nivel de ruido bajo para no perturbar el descanso o la comodidad del paciente.


Consumo de Energía:

Deben ser eficientes en términos de consumo de energía, ya que a menudo necesitan funcionar durante largos períodos.



Es importante consultar con un profesional de la salud para asegurarse de que el concentrador de oxígeno seleccionado cumpla con las necesidades específicas del paciente y esté de acuerdo con las regulaciones locales de dispositivos médicos.





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