Las tobilleras son productos sanitarios que se utilizan para prevenir, aliviar o tratar lesiones del tobillo, entre las que podemos incluir los esguinces de tobillo de diferentes grados (la lesión más frecuente en el deporte), las tendinitis o tendinopatías de Aquiles, la patología de la fascia plantar (donde incluimos la fascitis plantar, el espolón calcáneo la talalgia) e incluso la patología articular del tobillo como puede ser la osteocondritis o también la artrosis de la articulación. En todas estas patologías la tobillera puede ser un elemento esencial o coadyuvante en la recuperación de la lesión, y en otras ocasiones el uso de la tobillera tiene un fin preventivo con el de evitar la aparición o repetición de lesiones del tobillo.
Lógicamente hay una gran variedad de tobilleras en función del tipo de soporte que aporta, de los materiales utilizados en su confección, de la calidad del tejido y su terminación, de las posibilidades de regulación de la tensión, de la inclusión de cámaras de aire amortiguadoras, de sus características térmicas,… Todas se llaman igual (tobillera) y se parecen, pero pueden ser y de hecho son muy diferentes.
Esta gran variedad de materiales, funcionalidad y objetivos, trae consigo un gran rango de precios; podemos encontrar tobilleras que cuestan unos 15 euros y otras tobilleras que cuestan más de 100 Euros.
¿Por qué esta gran diferencia de precios?
Porque cada fabricante establece un precio en función de los materiales utilizados (calidad, transpiración, hipoalergenicidad,..), la tecnología utilizada, la innovación que supone, en ocasiones por la investigación realizada, por la situación del mercado, por la imagen y desarrollo de la marca,… Ya hemos dicho que aunque las tobilleras tengan un cierto parecido, las características funcionales pueden ser muy diferentes de unas a otras.
En definitiva y salvo excepciones, tenemos que tener claro que a mayor precio de una tobillera cabe esperar una mayor calidad y prestaciones (en cuanto a comodidad de uso, duración, libertad de algunos movimientos y restricción de otros concretos, posibilidades de regulación individualizada,…).
Es lo mismo que pasa con los coches; por qué hay un coche que cuesta 6.000 euros y hay otro que cuesta más de 60.000 Euros?
Las diferencias de los materiales utilizados, la seguridad tanto activa como pasiva que aportan,… justifican las diferencias de precio, y prácticamente nadie pone en duda que un coche de 18.000 euros aporta elementos diferenciadores positivos con respecto al coche de 6.000 Euros.
Por qué entonces en ocasiones comparamos 2 tobilleras exclusivamente por el precio, sin tener en cuenta su funcionalidad, calidad,… que pueden justificar con creces esa diferencia?